Una madre vela siempre por sus hijos. Quienes hemos pasado infortunios, dolores o tristezas, y tenemos la fortuna de tener una madre a nuestro lado somos testigos de su inmenso amor y sabiduría. Madre y naturaleza son una desde el inicio de los tiempos, y así juntas nos ayudan a sanar, curar las penas y aliviar el dolor.
“Te han de haber hecho mal de ojo”, dicen, cuando las cosas no salen bien, nos acechan las adversidades o “no damos una”. Para quitarnos dicho mal nos pasan un huevo de gallina con alcohol por todo el cuerpo pero, para que la limpieza sea más profunda, en vez de alcohol se puede utilizar mezcal porque, según las creencias, éste sana las heridas internas del ser.
Si la pérdida de un ser querido es fuerte, es posible perder la conciencia por el inmenso dolor y llanto que nos inunda. Una manera de volver a alguien a la vida es rociandole mezcal en la espalda para que no se prive. La sensación es muy tranquilizante 💆.
Mezclar mezcal con alguna hierba medicinal puede potencializar su efectividad dado que los metabolitos secundarios son disueltos sin ejercer presión en ellos. Este conocimiento ha sido heredado de manera empírica, generación tras generación, como una práctica ancestral de la madre naturaleza.
Devolver el alma al cuerpo después de un “susto” no es tarea fácil. Este puede manifestarse en una persona en forma de insomnio, estrés o depresión. Para expulsar estos males del cuerpo las curanderas utilizan un brebaje a base de ruda y mezcal. Según se cree, este elixir tiene la capacidad de ayudar al alma a pasar de un estado de alerta a un estado de paz.
¿Y qué hacer para aliviar la resaca una noche de fiesta? El té de borracho (té de poleo) es muy común en Oaxaca porque tiene la propiedad de eliminar toxinas y a su vez alimenta el alma con su cálido aroma, originando una sensación reconfortante.
Mamá siempre ha dicho que los excesos no son buenos pero, ¡Ah cómo nos gusta llevar la contra!
Ser mamá no es tarea fácil por eso hoy y siempre celebramos su sabiduría, fuerza y valor.