Mayahuel: Deidad mexica del agave

Mayahuel: Deidad mexica del agave

En la antigüedad las personas solían atribuir los éxitos y las desgracias a las divinidades propias de su cultura y su adoración que, de acuerdo a sus creencias, les permitiría alcanzar un crecimiento espiritual digno y valeroso después de la vida.

Las cosechas de maíz y maguey eran motivo importante de celebración y agradecimiento, y se llevaban como ofrenda a la vida del pueblo (Narváez-Suarez et al., 2016).

El culto al maguey, en particular, se encuentra arraigado entre las civilizaciones originarias de México y encontró su representación en la Diosa Mayahuel.

Mayahuel, legendaria madre que nutre a los mexicanos con la producción magueyera, diosa lunar en tiempos mesoamericanos, con atributos blancos en los códices e igual a los dioses del pulque, diosa de la que brotan espinas como sacrificio a los rituales, embriaga con pulque blanco a los sacrificados y otorga valor a los guerreros (Ashwell, 2010).  Es una de las diosas a las que se le ofrecía tributo por la fertilidad, fecundidad y abundancia que precedía a la sociedad azteca.

A pesar de su divinidad, sus debilidades (propias de un mortal) surgen cuando Quetzalcóatl comienza un romance con la diosa azteca, romance del cual ella ya no pudo despertar pues las envidias y coraje de su abuela terminaron con su vida de una forma cruel.
Cuenta la historia que  en uno de los encuentros furtivos con Quetzalcóatl, fueron seguidos por los hermanos de la diosa y la pareja, al percatarse, se convirtió en dos plantas de agave. 
Los hermanos la identificaron en el momento en que ella se convirtió y destrozaron la planta, destrozado, su amado recogió los restos y los cultivó con sus lágrimas dando con ello vida a lo que hoy conocemos como maguey, árbol de las maravillas.

Es debido este infortunio podemos gozar de textiles para calzado, indumentaria cotidiana, materiales para construcción como el adobe, bebidas alcohólicas como el mezcal, entre otros usos y aplicaciones del maguey.

¡Valoremos este amor inconcluso y brindemos con un mezcal por la bendita tragedia!

Bibliografía